Entonces le hace una receta donde no hay ni jarabes, ni pastillas, ni inyecciones.... Sino caricias, besos, cosquillas y achuchones.
Así que, lo mandó a un castillo espectacular con una familia de fantasmas muy cariñosa que, al despertar todas la mañanas, le iban a dar caricias, besos, cosquillas y achuchones.
Escuchamos atentamente el cuento, dejándonos llevar por la suave melodía.
Y ahora .... ¡¡¡A CANTAR!!!
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